LA JUVENTUD

JUVENTUD: ¿REBELDÍA O INCOMPRENSIÓN?

Hoy en día nos preguntamos porqué la juventud ha cambiado radicalmente desde que nosotros los adultos alguna vez fuimos jóvenes y nos devanamos los sesos pensando qué es lo que quieren, porqué se comportan de tal o cual forma y porqué hacen lo que hacen.



Si bien los adultos nos formamos en un contexto de cierta manera un tanto diferente en relación al que ellos viven hoy en día, con medios de comunicación e información muy diferentes a los actuales, lo cuales acortan las distancias entre los países pero alejan a las personas cercanas, vivir en un país donde la economía es volátil, una política interna donde solo se puede presenciar corrupción al más alto nivel; en donde las oportunidades para los mexicanos: bebés, niños, adolescentes, jóvenes, adultos y ancianos es totalmente incierta o simplemente nula, así como una política exterior la cual pretende que México entre en el juego de la “globalización”. También es cierto que los jóvenes no ponen de su parte para cambiar esta situación, debido a que se encuentran inmersos en el mundo virtual en el que importa más “darle like” a una publicación que hizo en Facebook o Twitter el compañero más popular del salón porque es “lo in” y con lo cual le da un sentido de pertenencia a un 
círculo social en vez de vivir y situarse en el mundo real, el que se vive día a día, no se tiene el interés de querer leer, informarse e inmiscuirse en los problemas que realmente les incumben como son: entender los conflictos socio-culturales que presenta nuestro país, cuál es la situación en torno a ellos, cuál es futuro que les depara, cuáles son las opciones que la vida les ofrece el país o simplemente esforzarse cada día para ser mejores en su labor como estudiantes. Sólo pretenden obtener los dispositivos móviles de reciente lanzamiento en el mercado, el último perfume, así como estar “al último grito de la moda”.



Desafortunadamente la pésima situación económica  en la que México se encuentra desde hace más de 30 años ha hecho que ambos padres se vean en la necesidad de trabajar, con lo cual, los bebés, niños, adolescentes y jóvenes se encuentren desprovistos de las imágenes paternas y que por consiguiente terceras personas deban de suplir estas funciones  y fungir como tales guías. Como pueden ser: los abuelos, tíos, vecinos o hasta los mismos profesores o simplemente esta tarea se les deriva a los medios de difusión y comunicación que lejos de generar  valores en la juventud solo crea banalidad, frivolidad y superfluidad. Lo cual no crea una conciencia ni un razonamiento lógico y crítico en ellos, no hay un criterio propio para discernir entre lo correcto y lo incorrecto en sus actos.

Por otro lado el detrimento en la educación de los últimos 40 años ha mermado la calidad en el proceso de enseñanza-aprendizaje. El presupuesto que el gobierno destina a la educación-cultura y a los programas de investigación en el país son insuficientes para todos los niveles de educación. Los centros de estudios de nivel superior no son capaces de darse abasto para cubrir la gran cantidad de demanda de la población de estudiantes. Asimismo, la falta de contratación de personal docente con una verdadera vocación en el sector educativo se ve reflejada en el bajo nivel de aprovechamiento escolar, debido a que éstos no saben cómo incentivar el deseo de estudiar ni la curiosidad por aprender, o mucho menos el dejar en los alumnos un conocimiento significativo que perdure.

Por lo anterior planteado no solo es culpa del ser joven encontrarse en tan grande dilema día a día, el adulto debe de entender y reflexionar que la forma  de ser y actuar de los jóvenes en la actualidad es de causa multifactorial y que es una respuesta exacerbada a todo aquello que ha repercutido en su ser. Que por consiguiente debemos de encontrar estrategias para entrar y adaptarse al mundo de ellos, entendiendo las situaciones por las cuales están atravesando al igual de otorgar cierta condescendencia a ciertos actos que realicen sin caer en los extremos, inculcando valores como el respeto, la responsabilidad, la honestidad y la coherencia.



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